Necesidad de la educación emocional en general.
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Diversos argumentos pueden
esgrimirse para justificar la educación
emocional. Entre otros destacamos los siguientes.
- Desde la finalidad de la educación. – La finalidad de la educación es el pleno desarrollo de la personalidad integral del alumnado. En este desarrollo cognitivo y el desarrollo emocional. El primero ha recibido tradicionalmente un énfasis especial, en detrimento del segundo que ha quedado prácticamente olvidado de la práctica educativa. La educación emocional se propone poner un énfasis especial en este aspecto con objeto de otorgarle la importancia que merece.
- Desde el proceso educativo.- La educación es un proceso caracterizado por la relación interpersonal. Toda relación interpersonal está impregnada por fenómenos emocionales. En el proceso de aprendizaje individual y autónomo también está presente la dimensión emocional. Todo esto exige que le preste una atención especial por las múltiples influencias que las emociones tienen en el proceso educativo.
- Desde el autoconocimiento.- “Conócete a ti mismo” estaba inscrito en el frontispicio del templo de Delfos y fue adoptado como lema de Sócrates. Desde entonces, éste ha sido uno de los objetivos del ser humano y está presente en la educación. Dentro de este autoconocimiento, uno de los aspectos más importantes es la dimensión emocional.
- Desde la orientación profesional.- El índice de desempleados en nuestro país tiende a ser superior al quince por cien, aproximándose al veinte. Se estima que en el futuro la mayoría de las personas pasarán por etapas de desempleo. Esto induce a que desde la orientación profesional se contemple la necesidad de añadir una dimensión hasta ahora olvidada: preparar para el paro. Como se sabe, el paro puede provocar una disminución de la autoestima, estados depresivos y otras secuelas en la salud física y psíquica del individuo. Abordar esta problemática desde la prevención implica “preparar para la vida” desde una perspectiva que contemple estas eventualidades.
- Desde el fracaso escolar.- Se observan unos índices elevados de fracaso escolar, dificultades de aprendizaje, estrés ante los exámenes, abandonos en los estudios universitarios y otros fenómenos relacionados con el fracaso escolar. Estos hechos provocan estados emocionales negativos, como la apatía y, en algunos casos, llegan a intentos de suicidio. Todo ello está relacionado con déficits en la madurez y el equilibrio emocional.
- Desde las relaciones sociales.- Es conocido que las relaciones sociales pueden ser una fuente de conflictos, tanto en la profesión como en la familia, comunidad, tiempo libre y cualquier contexto en el que se desarrolle la vida de una persona. Estos conflictos afectan a los sentimientos, de tal forma que a veces pueden llegar a producirse respuestas violentas incontroladas.
- Desde la salud emocional.- Continuamente estamos recibiendo estímulos que nos producen tensión emocional. Esos estímulos pueden ser estresares del trabajo, conflictos familiares, noticias (guerras, violencia, desastres naturales, hambre, tortura, etc.), interrupciones, reveses económicos, pérdidas, enfermedades, etc. La tensión emocional puede adoptar la forma de irritabilidad, falta de equilibrio emocional, problemas de relación ansiedad, estrés, depresión, etc. La frecuencia con que se producen estos fenómenos merecen más atención preventiva de la que se le está prestando actualmente. Como se sabe, Prozac no solo es el antidepresivo más recetado, sino que es, probablemente, uno de los medicamentos más consumidos en todo el mundo. Se estima que más de treinta millones de personas lo han consumido en el mundo. La venta de antidepresivos se ha triplicado en diez años. Estas cifras, realmente espectaculares, son un indicador de los problemas emocionales que sufre la sociedad actual, lo cual nos permite hablar de fenómeno social. Desde la educación emocional se pretende abordar la dimensión preventiva.
- Desde la teoría de las inteligencias múltiples.- En la segunda mitad de la década de los años noventa ha tenido una amplia difusión la teoría de las inteligencias múltiples (Gardner, 1995). Entre ellas están la inteligencia interpersonal y la intrapersonal. Esta teoría supone un reto para el futuro de la educación, en el cual deben tener cabida aspectos educativos hasta ahora olvidados. Entre ellos están las emociones. Como señala Gardner (1195:47), concentrarse en las capacidades lingüísticas y lógicas durante la escolaridad formal puede suponer una estafa para los individuos que tienen capacidad en otras inteligencias. Por otra parte, el no tomar en consideración la inteligencia emocional en el sistema educativo puede suponer una atrofia de considerables consecuencias para el desarrollo personal y social.
- Desde la inteligencia emocional.- El hecho de que una obra como Inteligencia Emocional, de Daniel Goleman (1995), en la cual se pone de manifiesto la necesidad de poner inteligencia a la emoción, se haya convertido en un best seller es un indicador más del interés social por estos temas, lo cual pone en evidencia una necesidad desatendida, la primera edición en castellano se publicó en octubre de 1996; y en junio de 1997 ya se editaba la decimoquinta reimpresión.
- Desde el analfabetismo emocional.- Tecnológicamente hemos avanzado mucho a lo largo del siglo XX, pero por lo que respecta a las emociones estamos atrofiados. El analfabetismo emocional se manifiesta de múltiples formas: conflictos, violencia, ansiedad, estrés, depresión, etc. Esto se da a lo largo de toda la vida pero tiene una virulencia particular durante la edad escolar.
- Desde la revolución de las tecnologías de la información y la comunicación.- Hemos entrado de lleno en la sociedad de la información y la comunicación de masas, donde se corre el peligro de que las relaciones interpersonales queden sustituidas por las tecnologías de la comunicación (Internet, telemática, televisión, radio, cd-rom, vídeo, etc.). Esto puede provocar un aislamiento físico y emocional del individuo. Como sustitutos de la relación de afecto a veces se utilizan programas de radio, televisión, animales de compañía, consumo de drogas, etc. Paralelamente, la sociedad de la información ofrece una inmensa oferta documental ante la cual es preciso escoger. Esto a veces puede conducir a situaciones de confusión, sensación de impotencia y desánimo. De todo ello se deriva un argumento más a favor de educar emocionalmente a las nuevas generaciones para afrontar con éxito los nuevos retos que aventura el futuro.
- Desde el
nuevo rol del profesor.- Cada vez se ve más claro que el rol
tradicional del profesor, centrado en la transmisión de conocimientos,
está cambiando. Actualmente se dan como mínimo dos fenómenos
interrelacionados que obligan a este cambio de rol: la obsolescencia del
conocimiento y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Esto abre un escenario en el cual el alumnado adquiere conocimientos en el
momento que los necesita, a través de medios tecnológicos. En función de
esas tecnologías, y en consonancia con lo que se expone en el párrafo
anterior, el rol del profesor cambia, pasando de la enseñanza a la relación
emocional de apoyo. Esto va a suponer un reciclaje del profesorado para
ponerle en situación de impartir educación emocional.
Podríamos poner más elementos de juicio para argumentar la necesidad de
atender a las emociones desde el sistema educativo, pero con lo que acabo de
exponer considero que de momento ya es suficiente para dar por justificado el
énfasis que vamos a reclamar para la educación emocional.
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