Autoras: Lorena Cano Vázquez, Natalia Castuera Flores y Esmeralda Cano Vázquez Máster Meso 2012/2013

"Las lecciones emocionales, incluso los hábitos más profundamente incorporados del corazón, aprendidos en la infancia, pueden transformarse. El aprendizaje emocional dura toda la vida". Daniel Goleman

Intervención en I.E


*MODELOS DE INTERVENCIÓN


            Los modelos de intervención se refieren al cómo de la educación emocional. Es decir, a las estrategias y procedimientos para llevarla a la práctica. Para detalles sobre los modelos de orientación e intervención psicopedagógica hemos de remitir a otro documento (Bisquerra, 1998) del cual vamos a extraer algunas de las siguientes ideas para aplicarlas al caso concreto de la educación emocional.
            Los modelos de intervención dependen de los destinatarios del programa y del contexto concreto donde se vayan a aplicar. En este sentido consideramos oportuno distinguir entre programas dirigidos a:

-          Alumnado de la educación formal.
-          Profesorado, como formación de formadores y educación permanente.
-          Adultos que participan en cursos patrocinados por instituciones.
-          Profesionales en formación contínua en las organizaciones.
-          Grupos de riesgo.

            Habida cuenta de las diferencias que puedan darse según los destinatarios y los contextos, algunas características generales son las siguientes. En la exposición que sigue está deliberadamente presente un sesgo hacia la educación formal, que debería ser adaptada a los otros contextos.
            Las lecciones pueden ser muy breves; pero deberían estar presentes a lo largo de todo el ciclo educativo, en todas las áreas académicas, como si se tratara de un tema transversal. Un proyecto de programa de educación emocional integrado en el currículum, como si se tratase de un tema transversal debe ofrecer un conjunto de materiales preparados para ajustarse a lecciones específicas de las diversas áreas académicas. Al mismo tiempo debe haber una serie de tópicos para ser tratados a través de "educación ocasional", a medida que vaya presentándose la ocasión a partir de los problemas y debates ordinarios que se generan en la clase.
            Los diversos temas del programa se introducen en un determinado curso. Pero son retomados, ampliados y profundizados en sucesivos cursos posteriores. No se trata de que cada curso se repita todo, sino de que cada tópico sea contemplado varias veces a lo largo de todo el currículum.
            Una estrategia consiste en aprovechar los problemas de los alumnos para tratarlos en asamblea. Los problemas que surgen varían según el nivel educativo. En los primeros niveles lo típico son las "bromas", sentir que los amigos le dejan fuera, miedos.
            El conocido grito de "¡Yo primero!", es una pandemia en los primeros cursos de primaria (y para algunos se prolonga durante toda la vida). Esta expresión y el comportamiento subsiguiente pueden dar lugar a disputas y peleas para ver quién se pone el primero en la cola, quien es el primero que juega o que elige. Si la respuesta del adulto es "¡Para ya!" no sirve de mucho en cuanto a aprovechar la ocasión para instruir sobre otras formas de relacionarse o de negociar. En cambio se puede sacar partido si se ofrecen otras alternativas imparciales, como por ejemplo elegir al azar, sacar suertes, se hace una ronda de tal forma que el primero no sea siempre el mismo sino que va rotando, negociar, etc.
            La implantación de programas de educación emocional en un centro educativo no es tarea fácil. En función de las características del centro y de la disponibilidad del profesorado, a veces se tendrá que empezar por poco e ir añadiendo en la medida de las posibilidades. En otro documento (Bisquerra, 1998) se expone los modelos de intervención. Recogiendo lo que allí se explica, puede ser útil recordar diversas formas de intervención:


 * LA INTERVENCIÓN POR PROGRAMAS.

            La implantación de programas de educación emocional en un centro educativo no es tarea fácil. Recordemos diversas formas de intervención, que pueden aplicarse según las circunstancias, pero teniendo siempre presente que el objetivo final debería ser llegar a la implantación del modelo de programas:

-          Orientación ocasional: Se trata de que el personal docente aproveche la ocasión del momento para impartir contenidos relativos a la educación emocional. A menudo se trata de un profesor que por iniciativa propia introduce en sus clases aspectos relacionados con la educación emocional. En este caso no se trata de un programa propiamente dicho. Pero puede ser la semilla de lo que, con el tiempo, se pueda convertir en él.

-          Programas en paralelo: Se trata de acciones que se realizan al margen de las diversas materias curriculares. A menudo se utiliza horario extraescolar, lo cual repercute en una asistencia minoritaria, ya que el alumnado no lo percibe como algo importante. Mucho más si la asistencia es voluntaria. Pero puede ser un punto de partida para otras actividades posteriores más relacionadas con el currículum académico.

-          Asignaturas optativas: Los centros educativos pueden ofertar asignaturas optativas sobre temas relacionados con la educación emocional. Al ser una asignatura optativa lo lógico es que no se inscriban todos los alumnos. Pero puede ser una forma de empezar una acción que con el tiempo se vaya ampliando.

-          Asignaturas de síntesis: En algunos sistemas educativos existen las denominadas “asignaturas de síntesis”, que se realizan durante un breve período de tiempo y en las que se trata de integrar los conocimientos de las diversas materias. Como tópico de estas asignaturas de síntesis se pueden elegir aspectos relacionados con la educación emocional. Tiene la ventaja que la asignatura de síntesis suele ser obligatoria.

-          Acción tutorial: El Plan de Acción Tutorial (PAT) debería ser el instrumento dinamizador de la educación emocional. Tiene la ventaja que la acción tutorial grupal se dirige a todo el alumnado. Dentro de las sesiones de tutoría tienen cabida todos los contenidos de la educación emocional.

-           Integración curricular: Los contenidos de la educación emocional se pueden integrar de forma transversal a lo largo de las diversas materias académicas, y a lo largo de todos los niveles educativos. El profesorado de cualquier materia puede incluir en ella, al mismo tiempo que la están explicando, contenidos de carácter emocional. Se trata de una “infusión” o “integración” en el currículum académico de contenidos que van más allá de lo estrictamente instructivo. En este sentido se podría considerar como un tema transversal. Ésta es probablemente la estrategia más idónea y la que se debería potenciar; si bien hay que aceptar que no siempre es posible y que requiere mucho tiempo de toma de conciencia, formación y progresiva aplicación. Pero, en general, se puede decir que éste debería ser uno de los objetivos a lograr en un centro educativo: considerar a la educación emocional como un tema transversal en el que participan la totalidad del profesorado en sus clases a lo largo de todo el currículum académico.

-          Integración curricular interdisciplinaria: Es un paso más a partir de la “integración curricular”. Se requiere la implicación del profesorado, con una coordinación ejemplar entre ellos, para poder exponer unos contenidos que se sincronizan con otros que está impartiendo otro profesor. Por ejemplo, al ocuparnos de la prevención del consumo de drogas, el profesor de Ciencias Naturales explica los efectos que tienen sobre la salud, a partir del estudio del cuerpo humano; el profesor de Ciencias Sociales desarrolla la presión social que induce al consumo, así como las presiones económicas inherentes; en matemáticas se realizan ejercicios sobre estadísticas de consumo y morbilidad; en Educación Física se trata del “doping” y los efectos que tiene el consumo de alcohol y tabaco sobre el rendimiento deportivo; en Lenguaje se introduce el argot propio de las drogas; en Expresión Artística se realiza un póster alusivo al tema con la intención de concienciar sobre esta problemática, cuyo mensaje es: no consumir. En tutoría es donde se debería contemplar la dimensión emocional de todo lo que antecede. De esta forma podemos ver como en todas las materias se puede hacer alusión al tema de forma interdisciplinaria.

-          Sistemas de Programas Integrados (SPI): Es un paso más al anterior: se trata de interrelacionar programas diversos. Por ejemplo, un programa de habilidades sociales se interrelaciona con un programa de búsqueda de empleo, en el bien entendido de que la persona que tenga buenas habilidades de comunicación interpersonal tendrá más facilidad en superar la entrevista de selección de personal. El mismo programa de habilidades sociales se interrelaciona con el programa de prevención del consumo de drogas en cuanto la habilidad para hacer frente a la presión de los compañeros es básica para evitar el consumo. Otra forma de evitar el consumo es mediante un autocontrol y prevención del estrés. En efecto, el estrés que a veces induce al consumo, se previene con el mismo programa de prevención del estrés ante los exámenes, las oposiciones o la selección de personal del programa de búsqueda de empleo que citábamos. Un SPI, desde la perspectiva de la educación emocional, debería tener unos elementos dinamizadores; el tutor y el orientador son los más apropiados. Desde la tutoría se puede poner un énfasis especial en la dimensión emocional de todo lo que antecede. En resumen, si bien se analiza, existe un conjunto de posibles programas que cada uno de ellos tiene un sentido en sí mismo. Pero si se imparten de forma interrelacionada pueden producir un efecto de sinergia. A esto le denominamos sistemas de programas integrados.

2.3.   PROGRAMAS PARA EDADES TEMPRANAS.


            La existencia de programas de educación emocional en edades tempranas pone de manifiesto que hace falta un tipo de intervención sistemática, intencional, colegiada y progresiva sobre el desarrollo emocional de los niños.
            Los programas que se presentan a continuación van dirigidos al alumnado del nivel educativo de la población infantil. Deberían comenzar en la Educación Infantil y prolongarse a lo largo de la Educación Primaria y Secundaria. Por otra parte, la educación emocional es una modalidad de formación permanente que se dirige, también, a las personas adultas en general.
            Para poner en marcha una intervención por programas se requiere de unos recursos tanto de tipo personal (personal dispuesto a llevar a cabo la intervención con la información y formación adecuada) como de tipo material (materiales e instrumentos suficientes con un adecuado nivel de concreción). Por otra parte, hay que establecer la temporalización del programa y de cada una de sus actividades, no sólo en cuanto al número de horas sino también en cuanto a la franja horaria más adecuada, así como la época del curso más apropiada.

http://socioemocional.blogspot.com.es/2008/02/programas-de-educacin-socioemocional.html 

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