El impacto de las emociones
ROSALINDA WEISZ/REFLEXIONES | 12/14/2012, 4:41 p.m.
Nadie puede poner en duda la estrecha relación existente entre la vida emocional y la salud física. Numerosos estudios han señalado la incidencia de los sentimientos en el funcionamiento del sistema inmunológico.
Es sabido que el estrés que se produce, por ejemplo, ante la exigencia de hacer una presentación en el trabajo, puede duplicar la severidad de un episodio alérgico durante los dos días inmediatos, y que la descarga del llanto es beneficiosa, ya que las lágrimas nos liberan de hormonas tóxicas.
Asimismo, se puede comprobar que una discusión fuerte con la pareja que dure aproximadamente 30 minutos, puede reducir la capacidad del cuerpo para sanar, y que expresar sentimientos amorosos reduce los niveles de colesterol. Si las emociones pueden afectar de tal modo la salud, se hace evidente que el modo en que hemos vivido las experiencias pasadas será un factor importante en el establecimiento del bienestar físico.
En su práctica actual, los médicos tienen en cuenta esta correlación y recomiendan los tratamientos de psicoterapia cuando, tras una investigación profunda, se reconoce la presencia de factores emocionales como disparadores del síntoma.
La salud se ve afectada entonces de esta manera: sabemos que altos niveles de cortisol (la hormona producida por el estrés) tienen efectos negativos sobre el cuerpo (aumento de peso, presión alta, colesterol elevado, envejecimiento prematuro). Por otra parte, muchas investigaciones coinciden en señalar el origen emocional de los procesos inflamatorios relacionados con enfermedades tales como el cáncer y los problemas cardíacos. También queda claro que existe una relación directa entre las emociones y ciertas conductas riesgosas como fumar, beber en exceso, comer en exceso y la promiscuidad sexual.
De todo lo anterior surge la imperiosa necesidad de explorar nuestra historia familiar, nuestra "herencia emocional" (como la llama la autora Marcelle Pick) para desentrañar los patrones de reacción que influyen en nuestra vida y que quizás no hemos reconocido.
Sandra, una paciente inteligente y curiosa, se sorprendió al descubrir que sus respuestas frente a actitudes de su esposo tenían mucho que ver con los conflictos que caracterizaban a la relación con su padre autoritario. Cecilia, por su parte, pudo detectar que los dolores en su cuerpo representaban y coincidían con el abuso físico sufrido en la niñez.
Las fiestas y celebraciones próximas, que nos reúnen con familiares y amigos, ofrecen una oportunidad para tomar conciencia de reacciones emocionales que fueron establecidas mucho tiempo atrás, para observarlas e intentar una comprensión nueva y un manejo diferente de las situaciones difíciles que se puedan presentar.
Por sobre todo, no olvidemos el poder curativo de pensamientos positivos y sentimientos de gratitud por todo lo favorable que nos ha ofrecido la vida. Este tipo de sentimientos tienen un poder reparador.
La capacidad de regular las propias emociones y recuperarse rápidamente de los desafíos y mantener el optimismo, son factores clave para vivir una vida sana. Recordemos que "la dicha y la desdicha no dependen tanto de los avatares de la vida como del significado que les damos".
Weisz es psicoterapeuta en Dallas. Puede contactarla en reflexiones_rw@hotmail.com o en el 972-248-8416.